Esta semana no habréis notado grandes cambios en la web, pero...¡tenemos una escusa!
Durante estos días hemos estado realizando una especie de "estudio de campo", algo libre e informal pero que nos ha servido para orientarnos un poco en el tema.
Tenemos contacto con algunas maestras de algunos centros escolares de Granada, concretamente el de "La Presentación" y el colegio "Amor de Dios". En ambos colegios hemos contado con la participación de niños y niñas de 3 a 8 años.
A pesar de las diferencias evidentes en la población de un colegio y de otro, uno situado en plena zona norte, en Almanjáyar (barrio marginal de Granada), y otro en el centro de la ciudad; hemos notado que al final la TV es un recurso más para todos y todas, vengan de donde vengan, y que a pesar de sus diferencias económicas y/o sociales siguen siendo niños y niñas atraídos por la programación infantil, que coinciden en "preferencias televisivas" como os mostramos en la siguiente presentación:
prezi.com/iw_cb7egmpxz/dibujos-animados-lideres-de-audiencia/
En el estudio realizado los niños nos contaban, de forma libre y sin opciones impuestas de nuestra parte, qué dibujos veían (algunos decían uno o dos, y otros hablaban de varios). Así que a partir de ahora analizaremos los que, tal y como os contamos en nuestra presentación de "prezi" son los más vistos y en los que más coinciden los niños y niñas entrevistados.
Es evidente que el estudio es muy reducido, y que su fiabilidad es cuestionable, pero para nosotras es un punto de partida que nos sirve de orientación a la hora de abordar el tema.
¡Muchas gracias a las maestras y alumnado que han colaborado!
Esperamos que os guste nuestro comienzo...
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Nobita es un niño japonés que vive con un gato cósmico. ¡Menuda suerte la de Nobita! Algunos niños y niñas viven en constante disputa con sus progenitores por tener una mascota y a él le dejan tener en casa un gato azul sin orejas que además viene del futuro con un montón de aparatos en el bolsillo.
Nobita es quizá el niño más “débil o enclenque” entre sus amigos, y entre ellos existen roles más que evidentes: Suneo es el “niño rico”, consentido, lo tiene todo aunque teme la reacción de sus padres ante un mal resultado en las notas del colegio; Shishuka, la única chica entre las amistades de Nobita, es la imagen de niña sensible, débil, educada y femenina, que además sonroja a todos los chicos a su paso, (no juega al fútbol, lleva un vestido rosa, y otras características asociadas a ese tipo de mujer del que desde hace tiempo venimos renegando por no sentirnos identificadas y que resulta, en pleno siglo XXI, casi insultante); y Gigante, que es el matón, aquel al que todos temen por su fuerza pero sin grandes muestras de inteligencia, además viene de una familia con rasgos de, lo que hoy día llamamos “desestructuración” (una madre violenta, un padre desaparecido de escena, etc.).
Pero ahí no queda la cosa, en casa de Nobita también “se cuecen habas”. La madre es una mujer ama de casa que cuida de Nobita, mientras su padre llega siempre a casa cansado de trabajar y tiene la comida hecha. El padre, tampoco presume de inteligencia, mientras la madre da una imagen de organización del hogar que deja entrever la mujer que, sin asumirlo, es realmente quien pone las normas a los tres individuos con los que vive (el padre, Doraemon y Nobita).
Entre los problemas más evidentes de Nobita está la escuela, siendo éste otra víctima más de un sistema educativo en el que no encaja. Ante las exigencias del profesor, sus padres, y a veces incluso El Gato Cósmico, y las burlas de los compañeros, Nobita es un niño
débil, que se refugia en Doraemon para salir de apuros.
Le estructura de la mayoría de los capítulos de Doraemon suele ser la misma:
1. Nobita tiene un problema (en el colegio, en casa o con los amigos), envidia a Suneo y teme a Gigante, al profesor y a su madre, lo cual suele afectarle.
2. El niño acude a Doraemon y El Gato Cósmico le da una solución a su problema, que casi siempre es más que una solución un parche, un escudo que impide a Nobita enfrentarse a los problemas; más bien les ayuda a esquivarlos.
3. Finalmente Nobita paga las consecuencias del mal uso del invento que Doraemon le ha proporcionado, aunque el final suele tener un toque de humor y quizá una enseñanza o moraleja…
En cuanto a los valores o mensajes que transmite, nos quedamos con el sabor, analizando la serie, de que se transmite la amistad en ciertos episodios mientras que en la mayoría el mensaje es más bien de “ridículo” del más débil o sensible, del miedo de este a quienes se creen superiores a él; y su manera de no enfrentar directamente los problemas, sino buscar la forma de librarse de ellos.
Nobita, el protagonista, siempre trata de conseguir por vías no del todo correctas lo que quiere, piensa que “controla” pero no controla, y es poco consecuente con sus actos y con las advertencias de Doraemon…
En definitiva, ésta es sólo una visión etnocentrista de lo que al fin y al cabo es una serie asiática, relacionada con esa cultura y ambiente social, donde los tipos de familia y los roles reflejados en estos personajes no dejan de pertenecer a una cultura distinta a la nuestra, no mejor o peor, sino diferente; y esto es algo que hay que tener en cuenta a la hora de analizar los mensajes que transmite a los niños y niñas, que a pesar de todo no dejan de ser los que son, dentro de una serie que, por qué no decirlo, después de todo… ¡nos resulta divertida, pero no la más educativa…!
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DORA, LA CANGURO DE LAS NUEVAS GENERACIONES
Dora es una niña peculiar, que vive diferentes aventuras junto a su mono Botas.
La estructura de los capítulos es sencilla:
1. Dora y su mono saludan y encuentran pronto una aventura que vivir.
2. Recurren a El Mapa para conocer su recorrido. Éste, junto con la Mochila les ayudan a superar todos sus problemas y solucionar así sus aventuras.
3. Con la ayuda del espectador, Dora y Botas completan el recorrido fijado por el mapa y finalizan su aventura.
Dora y Botas interactúan en todo momento con el espectador, al que realizan preguntas y solicitan ayuda para superar todo lo que se interpone en su recorrido (El Zorro Swipper, por ejemplo, es uno de sus enemigos ya que, según dicen, es un ladrón, al que con ayuda del espectador frenan en sus intentos de robo).
Esta interacción resulta algo sospechosa, y nos hace creer que es un símbolo más de que los padres y familiares permanecen ausentes en el visionado de la televisión por parte de sus hijos, la cual se utiliza, una vez más, como entretenimiento para los hijos mientras los padres pueden “desatenderlos” en ese momento.
El lenguaje fácil de entender y, sobre todo, sencillo y muy repetitivo, demuestra que el niño o niña que está viendo esta serie requiere de explicaciones constantes, ya que es muy probable que se encuentre sólo/a ante el televisor y en ausencia de un adulto que interactúe con él/ella mientras ve los dibujos; lo que hará, por tanto, que el/la niño/a se sienta acompañado/a mientras ve la televisión, y sea algo más entretenido para él, lo que puede hacer que emplee más tiempo en esta actividad.
Por otra parte, a otros niveles de educación, resulta importante destacar tanto la educación transversal en conocimientos que la serie aporta (ya sean colores, números, animales, naturaleza, objetos, acertijos, etc.) e incluso la introducción al inglés, con palabras simples que se repiten en todos los capítulos (hola, gracias, de nada, etc.) y en ocasiones la importancia otorgada a otras disciplinas como la música (a menudo cantan y bailan).
Por otro lado, la educación en valores que ofrece Dora es variada, promoviendo la amistad, compartir, el respeto, la ayuda a los demás, las buenas acciones, etc.
Volviendo la atención al lenguaje, las expresiones como “gracias”, “por favor” o “lo siento” están muy presentes.
Sin embargo, hemos de destacar algo que nos ha llamado la atención en esta serie, en la que se da la ausencia de iguales (no suelen aparecer otros niños y niñas) y Dora se encuentra casi siempre entre animales, dándose en algún que otro capítulo la relación con personas.
Cuando aparecen otras personas, se nombran relaciones familiares que incluso aparecen en escena (Pablo y su abuelo en “La flauta de Pablo” pueden ser un ejemplo). Sin embargo, ¿qué hay de la familia de Dora? No hemos encontrado capítulos en los que Dora mencione o presente en escena a alguien de su familia (papá, mamá, abuelos, tíos…) y sin duda es una ausencia que creemos, al menos, mencionable (no mala o buena, sino curiosa).
Por otro lado, además de la estructura y el lenguaje repetitivo que entendemos que está enfocado a personas de corta edad, es destacable que el ambiente en que se desarrollan los capítulos es siempre el mismo, en el campo o el bosque (no hemos encontrado otros ambientes en los distintos capítulos visionados).
En definitiva, si algo hemos captado entre los distintos y curiosos capítulos vistos de Dora la Exploradora, es el mensaje de que con esfuerzo, y a menudo con la ayuda de quienes te rodean, podemos conseguir todo aquello que nos propongamos.
Nos parece una serie educativa, con ausencia de mensajes violentos y trasmisión de valores, aunque, como ya hemos dicho en otras ocasiones, ¡LA EDUCACIÓN NO ES COSA DE LA TELE!
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Sin duda la imaginación de estos dos personajes es ilimitada, suponemos que casi como sus creadores…
Estos niños viven creyendo que son super-héroes, imitando a sus favoritos. Sin duda son una muestra de la cara más natural e inocente que, afortunadamente, podemos ver en los niños.
En clase Fan Boy y Chum Chum nos ofrecen la imagen perfecta de los niños curiosos e inquietos que a menudo desencajan en el sistema educativo por convertirse en “irritantes” para un profesor aburrido, en cuya clase todos los niños duermen, pero se castiga a los realmente despiertos, en este caso nuestros super-héroes Fan Boy y Chum Chum.
Sin embargo, existen matices que mejorar… En uno de los capítulos vistos, concretamente el de “Novios y Superhéroes” FanBoy mata a una araña y se convierte en el héroe de la niña a la que el insecto estaba molestando. ¡ERROR! De nuevo el rol sexista de la niña débil frente al chico súper valiente que la proteja y la salve se deja entrever en las series de los más peques… Preocupante… ¿hasta cuándo aparecerán estos comportamientos como “normales” en la sociedad?
Por otra parte, en capítulos como “Chimpancé chiflado”, la figura del matón no supone más que una oportunidad para estos “niños super-héroes” para mostrar sus valores.
En este capítulo concretamente, el afecto, el rechazo al rencor, el saber perdonar, el sacar lo mejor de cada uno, son importantes valores mostrados, aunque contrapuestos con otros no tan positivos…
Sin embargo, sin duda la creatividad, las ideas y el “no parar” de estos dos simpáticos personajes despiertan, al menos, alguna sonrisa entre los más pequeños.
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En esta sociedad del sedentarismo, donde los niños pasan horas y horas frente al televisor, donde además son premiados con bollería industrial como merienda, y vivimos “MacDonalizados”; nunca vienen mal otro tipo de mensajes…
A través de esta serie se fomentan el deporte, los hábitos saludables y la vida activa frente al sedentarismo, con continuos mensajes de rechazo a la pasividad.
Además, aparecen escenas en las que los protagonistas muestran buenos hábitos como lavarse los dientes, escenas de lectura… y valores como el respeto, la superación de miedos, la amistad y ayuda.
Para captar la atención de los pequeños televidentes, se utilizan canciones que además pueden despertar el interés por la música.
Sin embargo, de nuevo hemos topado con el rol hombre-fuerte-musculado, que además va vestido de azul y lidera las acciones del grupo en todo momento, mientras la niña, Stephanie, casualmente de rosa hasta el pelo (y no es una expresión) muestra las dotes más “inteligentes” y “sensatas”.
En cuanto a la estructura de los capítulos, es simple, pues casi siempre el malo (Robbie Rotten) intenta fastidiar los planes de la niña y el chico musculoso. Pero con el trabajo en equipo y el esfuerzo de los protagonistas ayudados por sus amigos que los acompañan, logran vencerlo.
Nos parece una visión avanzada e importante a nivel educativo, pues desde hace años se intenta hacer hincapié en la Educación para la salud, y vistas las estadísticas de obesidad infantil, y problemas con el alcohol y las drogas en la adolescencia… algo está fallando. Así que es sin duda muy positivo que existan este tipo de series, aunque, como ya hemos dicho, hay matices que mejorar y mensajes que eclipsan con su sentido social negativo a lo positivo de los hábitos saludables.
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Desde nuestro punto de vista, esta es quizá una serie enfocada para niños y niñas de más edad. Otro tipo de ejemplo de serie “mal enfocada” podrían ser “Los Simpsons”, emitida en horario infantil cuando quizá los mensajes que transmite no son los más adecuados para niños y niñas.
Según investigadores de la universidad estadounidense de Virginia (EE.UU.) afirman que ver esta serie de dibujos puede provocar déficit de atención y dificultades tanto para resolver problemas como para presentar una conducta moderada. Esta quizá sea una visión “exagerada”, o no. Lo que es evidente es la rapidez del pasar de las escenas, colores fuertes durante toda la serie y cambios repentinos que hacen que los pequeños mantengan la atención en el televisor sin despegar los ojos de la pantalla.
Sin duda hemos de mencionar la absurdez general que se da en esta serie, aunque es destacable la originalidad y el triunfo de la serie con los niños y niñas a nivel mundial.
El protagonista es una esponja de mar y sus amigos son una estrella, un calamar, una ardilla y su mascota un caracol.
Bob vive en una piña debajo del mar, pero desde luego el ambiente no deja de ser curioso cuando aparece su amiga la ardilla, y mucho menos cuando hace hogueras o tiende la ropa, con total normalidad, bajo el agua…
La familia de Bob Esponja “Pantalones Cuadrados”, el protagonista, se compone por su mascota Gary (un caracol) y sus amigos. La ausencia de otros miembros de la familia es evidente y, al menos en los capítulos visionados, Bob no menciona a sus padres en ningún momento.
Quizá la forma de vivir de Bob y de su amigo Patricio, su “idiotez” y “sin sentido” son las características que ponen de los nervios a todos, aunque ellos no pretenden molestar a nadie, sino “vivir a su manera”; y quizás esta sea esa parte “natural” y “vividora” de la infancia, que afortunadamente los niños nos muestran todavía, algo que ya destacábamos en nuestra reflexión sobre Fan Boy y Chum Chum.
La personalidad de Bob se podría interpretar como la de un personaje con un cierto tipo de “fobia” a la soledad, y con la necesidad de ser el centro de atención en todo momento.
Por su parte, Patricio puede ser el reflejo de un sector de la sociedad actual: solo se preocupa por divertirse, por sus amigos, no trabaja, y no puede presumir de inteligencia…
Sin embargo, la amistad entre ambos personajes es un valor sin duda destacable en la transmisión de mensajes de esta serie.
En cuanto a otro tipo de mensajes educativos, llaman la atención desde las estrategias de cómo captar clientes mediante manipulación o mentira en el restaurante de hamburguesas donde trabaja nuestro protagonista y su compañero Calamardo, mostrando la sumisión y fácil manipulación de la población.
En otras ocasiones puede verse la competición “insana” entre Plankton y el señor Cangrejo; y sin duda son evidentes roles muy claros entre jefe autoritario (Señor Cangrejo) y empleado sumiso (Bob Esponja y Calamardo).
Y hablando de roles, Arenita, la ardilla, nos ha sorprendido con respecto al rol femenino que hemos visto en otras series. Ella es una buena amiga de Bob y Patricio, es buena en karate, fuerte e inteligente, y en muchas ocasiones da lecciones y enseña muchas cosas a sus dos amigos.
Sin duda la opinión sobre esta serie depende de cada uno, pero es cuanto menos cuestionable que se trate de una seria infantil, o al menos con un doble sentido, y que los mensajes transmitidos sean los más adecuados para niños y niñas.
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